“El placer que no tiene fin" y "Borges y la literatura fantástica”

William Ospina, ‘El placer que no tiene fin’ y ‘Borges y la literatura fantástica’ del libro: “LA DECADENCIA DE LOS DRAGONES”. Editorial Alfaguara. 2002.

William Ospina, poeta, ensayista y traductor colombiano nacido en Tolima, en 1954, se caracteriza por una gran fluidez en el lenguaje, dónde hoja tras hoja deja plasmado sus sentimientos y la gran admiración e importancia de la literatura, sus alrededores y escritores. Además entre los años de 1975 a 1990 fue periodista y publicista.

La preocupación de este escritor por la literatura es única, en cada uno de sus ensayos deja descubrir la fantasía y atrapa al lector inculcándole el interés por leer o escuchar un buen relato recreado por otro.

Ejemplos claros son, en ‘El placer que no tiene fin’, dónde nos recuerda que la tradición oral, opacada por el cine y la televisión, logra que cada uno haga uso de su propia imaginación, sin interponernos un espacio creado; y en ‘Lo que tomamos de Francia’, dónde nos hace saber que la literatura francesa a dejado pequeños hijos en Latinoamérica, y que éstos son los que nos representan en todo el mundo.

Igualmente, por medio de aquel ensayo se interpone un paralelo entre el arte de percibir, el cine y el arte de imaginar, la lectura con el fin de entender que un libro es un amigo que a través de cada repasada enriquece la vida y las respuestas necesarias del lector.

A su vez, Ospina tiene una inquietud por acércanos a los escritores, como lo es el caso de Borges y Neruda.

Sin apartarse de las bases históricas que hace a cada escritor, nos ayuda entender la forma de escribir de Borges y nos explica que el hecho de estar a punto de tocar la muerte lo hace más perceptivo y un gran recreador de la fantasía de un espacio real, por medio de parábolas.

Es así, como se puede decir que, Ospina rescata por medio de ejemplos, tras cada unas de sus páginas, el hábito de leer que actualmente se ha perdido y ha sido nublada por la innovación de la tecnología, dejando a un lado lo más importante, el arte de la imaginación propia.