¿Será esta la única imagen que se puede mostrar?

Para nadie es un secreto que la comunicación mediada tiene un gran impacto en la audiencia, por eso es preocupante la imagen parcializada que se muestra de nuestro país en los documentales de Juan Restrepo, los cuales enmarcan a Colombia como un país trágico, aislado y dónde se vive una enfermedad por la guerra.

Bien es cierto, que Colombia si vive una guerra, pero ésta debe mirarse desde una perspectiva histórica más profunda, al tener en cuenta que va ser visto por una audiencia internacional y no colombiana, agregándole también otro factor importante, que es un documento visual proyectado en un canal popular (TVE), que no se limita a un público únicamente español.

En “Colombia: un pacto con el diablo”, se mencionan pequeñas referencias de los inicios de la guerrilla y los paramilitares pero no se recalca que Colombia ha convivido dentro de conflictos bipartidistas desde mucho tiempo atrás. Las cifras de la cantidad de insurgente y los años mencionados, no son atribuidas a ninguna fuente, lo que hace pensar al televidente, si lo dicho es totalmente cierto.

Es así, con lo anteriormente mencionado, que podríamos llegar a consumar que existe una manipulación de lo informado, dónde sólo se quiere mostrar los aspectos negativos y en cierta forma vender una imagen de narcoterrosimo al público internacional consumidor de nuestra producción de cocaína y nuestros cultivos de marihuana.

La crítica más clara que se puede hacer de este tipo de documentales, es que hacen perder la sensibilidad de las audiencias, porque su fin está antes muy claro, y lo que se busca, no es mostrar una realidad integra y ética, sino, mostrar, “informar” vagamente al público una idea que no contiene un buen análisis que busque las consecuencias de este conflicto y por su puesto, lo más importante que debe tener un contenido periodístico, enfocarse en las posibles soluciones.

Otra imparcialidad que presenta el documental, es el uso o tratamiento de las fuentes; encontramos que éstas no son equitativas, la presencia del gobierno, de los acusados como narcotraficantes y la población civil en el primer documental “Colombia: un pacto con el diablo”, no es ni la cuarta parte de la importancia que se le atribuye a los grupos armados al margen de la ley y el tiempo entre unos y otros no oscila a ser igualmente cuantitativas.

Respecto a la forma, puedo concluir que su intensión comunicativa es clara al mostrar a Gabriel García Márquez de primerazo, lo que quiere es involucrar al espectador, crearle alguna cercanía con lo popular, para que este relacione a Colombia, como el mismo país de ‘Gabo’, su famoso escritor. Una forma de contextualización y propaganda.

Las imágenes, en los dos documentales son crudas y contundentes a la hora de hablar o comunicar, no se muestran imágenes en blanco y negro, todas son a color y reales, como si fueran vistas a través de un cristal. Son de gran ayuda para situarnos en el ambiente hablado, pero también, responden un poco a ser amarillistas, ya que no siempre son tan necesarias, ejemplo claro mostrar a un niño herido.

Centrándonos ahora en el segundo documental, Colombia: entre la compasión y la infamia”, desde el título se manifiesta la intensión comunicativa que se va a desarrollar a lo largo del documento, un trato social y más humano que quiere recalcar el sufrimiento de la población civil y la inconciencia de los grupos armados que la atacan.

Se habla de 3000 secuestrados por año, pero quién nos esta diciendo esto y para qué, para qué hablar de una magnitud tan trágica si no se le va atribuir la fuente o el documento investigado para declarar tal cifra.

La intensión, claramente es aterrorizar a cualquier extranjero, por eso cada vez es menos factible que uno de ellos viaje a Colombia. No se muestra ningún factor positivo de Colombia, los paisajes presentes son casi muertos y las imágenes más suaves pretenden contextualizar que los insurgentes y la población civil somos iguales y nos une la cultura alegre, el folclor y nuestra música.

El papel de los niños en este video es fundamental para la perspectiva comunicativa del periodista, se quiere ser más sensacionalista, atrapar al televidente, generar mayor impacto y hacerle sentir en carne propia que Colombia esta acabada, recalcando la crueldad del conflicto y sus victimas.

Estas imágenes ocupan gran parte del video y en mi opinión los niños deben ser alejados de la realidad del conflicto en el que viven, pero tampoco, deben ser usados como estrategia comunicativa.

La música de fondo, que por lo general la apartamos de lo que estamos captando visualmente, y los primeros planos con intensión dramática también, generan un papel fundamental en la idea comunicativa planteada por este periodista. Vemos esos saltos dramáticos de musicalización que generan mayor conmoción en imágenes como las del fuego cruzado, los jóvenes heridos y los niños y otras más alegres cuando se refiere a nuestra cultura.

Claramente, los documentales no responden a un periodismo de soluciones o sea a “una mirada crítica que reinvente la capacidad de la comunicación y de la información en cuanto fuerzas movilizadotas de cambio”[1] sino a uno típico periodismo limitado a denunciar, sin ningún compromiso social y por lo que el receptor no termina siendo ese vehículo mediador de las practicas y reflexiones que la sociedad aporta para generar alguna mejoría.

Para concluir, los documentales emitidos en, “EN PORTADA” hacen ver a una Colombia soñadora pero totalmente aislada de los demás países y diferente culturalmente, una especie de “bichos raros” en un mundo cada vez más homogenizado.



Consulta visual:
  • Juan González Restrepo. Colombia: un pacto con el diablo. Emisión televisiva En Portada. Emitido el 10 de Abril del 2001 por TVE.
  • Juan González Restrepo. Colombia: entre la compasión y la infamia. Emisión televisiva En Portada. Emitido por TVE.

Bibliografía:  
  • Un nuevo periodismo para un nuevo orden social. De la denuncia a la investigación de soluciones. VII taller sobre formación de periodistas Latinoamericanos en temas de política y sociales. Cartagena de Indias, Colombia, Junio de 2000.

[1] Un nuevo periodismo para un nuevo orden social. De la denuncia a la investigación de soluciones. VII taller sobre formación de periodistas Latinoamericanos en temas de política y sociales. Cartagena de Indias, Colombia, Junio de 2000.