¿Es posible el perdón? “Sí. A los alemanes sí, pero nunca perdonaré a quienes participaron y dieron las órdenes” Robert Hebrás; sobreviviente de la masacre, del 10 de junio de 1944, en Oradour-sur-Glane
En el 2002, mi primera visita a Francia y sin tener conocimiento de las dimensiones reales de lo que fue la II Guerra Mundial me encontré con un pueblo en Francia donde sus ruinas son los testigos silenciosos del terror Nazi.
Sin duda visitar este lugar, es un viaje al pasado, pero sobre todo para mi fue la invitación a observar la crueldad de la guerra, de la violencia, del nulo valor por la vida y de la falta de amor en el ser humano que es capaz de atrocidades como estas.
¿Qué pasó exactamente?
Los hombres fueron fusilados por grupos y quemados en graneros y otros lugares del pueblo; y las mujeres y niños fueron asfixiados, quemados y fusilados en la Iglesia.
Sólo 6 personas escaparon con vida, entre ellas Robert Hebrás.
Actualmente, es el museo Centre de la mémoire d'Oradour quien trabaja en cooperación con jóvenes alemanes, que trabajan allí, dando paso a la reconciliación de los dos países y reconstruyendo la historia para que esto no vuelva a pasar jamás.